Algunos consejos para evitar accidentes cuando el bebé llega a casa
La base de la cuna o moisés debe ser firme. Sacudila un poco para asegurarte que no se dará vuelta o desarmará.
Las barras de las cunas no deben estar separadas por más de seis centímetros para que la cabeza del bebé no pueda pasar por entre ellas.
Tu bebé debe dejar el moisés para pasar a la cuna cuando pese más de 4,5 kg.
Se recomienda que el colchón sea firme y que encaje perfectamente en la cuna (sin que haya espacio entre el colchón y las paredes de la cuna donde el bebé pueda caer). Es ideal que el colchón esté cubierto con una tela de fácil limpieza. En el caso que esta tela sea impermeable o de plástico (asegurate que esté firmemente ajustada al colchón), es necesario que coloques por sobre ésta otra tela de algodón para que tu bebé no esté sobre la humedad que pudiese causar su sudor o baba.
Las chichoneras colocadas alrededor de la cuna, en su lado interior, son una buena opción para evitar que tu bebé se golpee la cabeza contra las barras al desplazarse. Asegurate de ajustarlas correctamente para evitar que se suelten.
Las almohadas son innecesarias en las cunas de los recién nacidos. Estas y los muñecos de peluche pueden resultar peligrosas.
Nunca dejes a tu bebé solo (ni siquiera por un instante) sobre ninguna superficie que esté por encima del nivel del piso. Aún siendo tan chico puede deslizarse y caer.
Colocá la mesa para cambiarlo sobre la alfombra o una carpeta y contra la pared (nunca contra la ventana) para evitar que se deslice. Tené a mano todo lo que necesitás al cambiarlo (pañales, ropa, algodón, toallas para limpiarle la colita, etc) así no tendrás que dejar a tu bebé solo sobre la mesa.
Para bañar al bebé podés utilizar una bañadera de plástico. Si preferís bañarlo en la pileta de la cocina, asegurate que el área esté limpia y girá la canilla hasta una posición que esté fuera del alcance del bebé.
Al viajar en auto colocá a tu bebé en un asiento especial de bebés para autos.